domingo, 29 de enero de 2012

Historia corta:

Una noche preciosa, me dispongo a salir, hace muchísimo que no salgo a bailar, los boliches nunca fueron lugares muy gratos para mí, pero me urgía conseguir una mujer.
Me baño, me afeito bien, y me pongo un lindo perfume.
Mientras me tomo el taxi para llegar al boliche, voy pensando-No estás tan pelado, vas a ver que está lleno de gente de tu edad- jejeje que mentira, a los boliches de pequeñas ciudades y pueblos los comanda el escuadrón de pendejos del secundario, no importa voy lo mismo, solo, me la banco.
Llegue, hice la puta cola de entrada y pague el triple que cualquier boludo con descuento, y encima comencé a notar las miradas desaprobatorias de los que participaban en el ritual de entrada al boliche. Claro ya no me da el flequillo para jopo, y mucho menos para la gran emo.
Adentro comienzo a investigar la mercadería, muy buena pienso, pero son pendejas, pero están infartantes. Me voy para la barra me pido un energizante y sigo dando vueltas, no me animo a decirles nada, de a poco el rigor de la noche me va haciendo más valiente y comienzo la encarada,  reboto reboto, en cierto momento digo, que hora será, miro el reloj, habían pasado unos míseros 45 minutos y ya había quemado todas las municiones.
Aburrido y medio cansado por mi falta de estado físico encuentro una banqueta alta y pienso- Acá encontré donde guarecer el resto de la noche- solito, me siento, me compro algo para tomar y miro las minutos pasar, casi al final llegando  la hora de los aplausos, veo una morocha que por favor, fue amor a primera vista, infartante, es la mujer de Roger Rabit pero con pelo morocho.
Me acerco, y le digo sensualmente (o lo que yo pienso que es sensualmente) hola hermosa, me mira y grita –HOLA MARCOS- y sigue –HAY!!!!! No sabes lo bien que me hace verte, no pensé que hubieses vuelto, estas distinto-, -HAY!!!! No no que feliz me hace verte, te extrañe tanto-, a lo que conteste- EMMMMM! -, y ella sigue-Que feliz, cuanto te extrañe-, y de golpe me abraza con todas las fuerzas, me intento retirar un poquito y veo lo que nadie quiere ver, lagrimas, la mina estalla en llanto y se apoya en mi hombro izquierdo desconsoladamente.
EMMMM mira, mmm- Seguía balbuceando yo, -NO NO MARCOS CALLATE DEJAME DESAHOGARME; Pasaron muchas cosas BEBE-, el momento era de lo más emotivo, así estuvimos un rato, ya le palmeaba la espalda y le decía calma calma.
Comenzamos a caminar hacia la puerta de salida, y cuando llegamos a la puerta, la luz exterior ilumino nuestros rostros; me mira con cara de ternura.
Inmediatamente después se siente un estruendo.
ME da vuelta la cara de un cachetazo y se va taconeando.

Lo que pasa es que yo no me llamo Marcos.

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