En una charla entre amigos surgió el tema, y yo me sentí inspirado
para la oratoria por lo que me puse a disertar sobre este y aquel tema
relacionado con el destino, la suerte, el que Dios no juega a los dados, y demás.
En esa frenética exposición, la voz de una migo me interrumpe… ¿Qué es el
Karma? Y solo se me ocurrió esta anécdota para explicárselo:
No hace muchos días atrás estaba caminando por la calle,
cuando pase frente a una casa de donde emanaban increíbles gritos, una discusión
tan acalorada y fuera de parámetros que quede perplejo. Como no tenia cosa
mejor por hacer, cruce hasta el quiosco que estaba en la esquina, y volví con un
refresco de cola muy conocido a sentarme en la vereda del frente de dicha casa para
terminar de escuchar el radio teatro; el lector pensara: Que desubicado como se
va a poner a escuchar conversaciones ajenas. La verdad si, mal de mi parte,
pero, jamás podría haber pagado la entrada a una obra de teatro de semejante
calidad, y con el gasto de utilería que tenia aquella puesta de seguro solo se exhibiría
para público de noble cuna.
La discusión al parecer era entre Mario y Alberto, una
pareja moderna. Por lo que se podía reconocer en la charla Mario era un hombre
joven y viril, que no tenía muy en claro si iba o venia, digámoslo de otra
forma, aun no se decidía entre almejas y mejillones, en cambio Alberto lo tenía
clarísimo, en su particular timbre de voz se notaba que allí no quedaban dudas,
ni dudas ni hemorroides, eso seguro.
Alberto le reprochaba el presunto encuentro de Mario con
una, y sito textual “puta concha pelada”, mote que me causo por demás gracia, pensé
de inmediato: se ve que Albertito no se depila. Dejando esto al margen, la discusión
seguía: Sos una basura, yo que te pago la
ropa, comes gratis, H…. de p…. mal agradecido tenes encima un olor a caje… en
la boca que volteas. No me podes hacer esto mal pa… de mier… yo hasta te lavo
los calzoncillos.
-
Perdóname
Alber, no te quise herir
-
Herir no me herís, me matas, me matas, te di
todo de mi
-
Bueno mira Alberto deja de gritar que nos
escuchan todos.
-
Que nos escuchen, o tienes miedo que se enteren
que me la pones por el…….
-
Basta enfermo, deja de gritar o me voy.
-
Ándate, ándate.
Acto siguiente se escucho la rotura de algo como vidrio,
la puerta se abrió, y salió Mario, se subió a su moto y se fue rápidamente.
A mi me quedaba media lata de refresco, por lo que empecé
a empinar la lata en tragos mas largos, allí el circo se había terminado y mi diversión
con ello. Pero para mi sorpresa la puerta se abrió nuevamente, y con la cara
llena de lagrimas salió Alberto, cuando me vio sentado en la vereda de en
frente tomándome una lata de refresco y sonriéndome burlonamente, mal entendió la
circunstancia y creyó que yo era una ex pareja de Marito que estaba disfrutando
de su ruptura, por lo que comenzó a insultarme en colores llamándome Esteban (para aclarar yo no me llamo Esteban), yo con
la boca llena de refresco de cola comencé a tentarme y espasmos subieron por mi
garganta haciendo que la gaseosa saliera a raudales por mis fosas nasales, gravísimo
error el mío, ya que eso le dio tiempo a Alberto a entrar a buscar el palo de
un lampazo roto, con el cual me dibujo una costilla nueva. Me reventó el
costado izquierdo con dicho palo, con toda la furia de un amante despechado,
juro que solté tres lagrimas de semejante castañazo, apenas me repuse y sin
medir palabra alguna me di a la fuga rápidamente ya que Alberto al parecer quería
perderme el palo del lampazo por el c…
Eso es el Karma.
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