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La noche que me cagaron un sueño: Historia de Mr.T
BY SURRENT
La delgada línea entre lo que pudo ser y lo que fue. Las lecciones de vida más importantes de nuestra existencia están siempre signadas por esa clase de ambigüedad del pensamiento previo y posterior a los hechos, ¿Qué hubiese pasado si…?
Algunos filósofos concuerdan que solo paso lo que indefectiblemente podía pasar, lo ampara el hecho de que lo que ocurrió tenia la sumatoria de probabilidades mas grandes de suceder aunque no seamos consientes de que variables tuvieron la mayor sumatoria de causa-efecto en el hecho.
Muchos físicos divagan con la posibilidad de universos paralelos y teorías de cuerdas universales, que entremezclan realidades sin tocarse.
La verdad es que hay cosas que cualquier viejo hubiese predicho con solo mirar el pedo que portaba el individuo en cuestión.
Agradezco a Dios, por todos los amigos y personas que he encontrado en esta vida, y que por curiosidad de las casualidades, o por efecto, de “Dios los cría y el viento los amontona”, tienen en su haber interesantes historias que contar.
Aquí introduciré a Mr.T, Mr.T es un amigo entrañable, que se podría decir que se topo con una situación difícil de manejar, de esas que describimos más arriba, de esas en las que pensas, ¿y si yo….?.
Las familias son fuente inacabable de personajes anecdóticos, y como sentencia les digo, posiblemente usted lector, es, fue o pase a ser algún día fuente de alguna historia que un primo, un hermano, o un tío cuente de usted.
Para ponernos en situación, Mr.T vivía en su juventud en un pueblo del interior de Córdoba, un pueblo que sin ser intranscendente tampoco marcaba el ritmo de la zona. Un día de verano, mientras los vagos pueblerinos como Mr.T en su juventud retozaban, suena el teléfono:
- Hola
- Hola primo, esta la tía?
- Que haces Robertito, si ya te paso…
La comunicación con la madre de Mr.T termina con una sonrisa: el primo Robertito, el menor de la familia, venía a visitar a los primos hermanos, se venía del sur, se venía de la c… de la lora.
Llegaba el viernes a la mañana, venía a pasar una semanita en la cálida Córdoba veraniega, cabe destacar que en esa época la Córdoba veraniega era cálida, no caliente como la gran p…… como lo padecemos ahora.
La pileta municipal retozaba de gente y niños bañándose, en la plaza la gente se paraba a charlar con los vecinos bajo el sol.
Robertito estaba deseoso de venir un rato a este paraíso tropical que era Córdoba comparado con el pueblo de donde venia.
Llego Robertito y el primo T lo fue a buscar, MR.T no es hijo único, pero en relación de edades era el que mas cercano estaba, los hermanos de T eran mas grandes y ya estaban en otra cosa, por lo que Mr.T sería sin lugar a dudas el encargado de proveer la diversión y distracción de Robertito durante la estadía por tierras de Comechingones.
Robertito llega, descansa sus brazos de llevar valijas, saluda a los tíos, a los primos, y lo llevan a la habitación de T donde educadamente Mr.T invita a Robertito a tomar posesión de su propia cama, tomando el la cama de huéspedes improvisada.
Noche de viernes, noche de viernes de verano… noche de viernes de verano de boliche. Pero el pueblo no contaba con tal servicio, por lo que había que migrar a un pueblo aledaño que prestase tal menester.
Por lo general en esa época, y creo que en la actualidad sigue sucediendo, estos boliches contaban con colectivos (bus) propios que llevaban y traían a los danzantes, los llevaban danzantes… los traían en pala.
Mr.T hombre noviero desde joven tenía una hermosa dama como acompañante, y además se llevaba a Robertito, por suerte junto a estos viajaban un reducido grupo de amigos personales de T.
Ya en el boliche, la noche comienza a tomar su curso, y como es de esperar la presencia de Robertito comienza a interferir en los planes de T, con lo cual viejo lobo de mar, T, recurre a una de las maniobras más conocidas… Che, te lo dejo un ratito a Robertito, me lo cuidas?
Palabras que llegaron a oídos de el flaco Galindez, hombre de pocas palabras, pero que conocía muy bien los movimientos de la noches, persona que en una breve inspección cualquier mortal hubiese descubierto que no era el indicado para cuidar a un menor, pero habrá sido por los lazos de amistad de T y Galidez o bien por la urgencia de T, que el flaco se convirtió en el chaperón, en el guardián, en el centinela de Robertito.
Mr.T despreocupadamente toma posesión como novio oficial, y se encarga del divertimento de su compañera, sin pensar en su primo del sur.
En Córdoba hay algunas leyes, aunque no se encuentran escritas en piedra, su rigor es inexpugnable.
Dentro de estas esta el mandato popular de que si pasaste por Córdoba tenes que probar el fernet. Bebida a la que se le atribuyen propiedades mágicas y curativas, aunque con solo olerla te das cuenta que la magia esta en sobrevivir al trago, y es conveniente aclarar a aquellos desconocedores del brebaje que si les parece desagradable cuando ingresa, peor va a ser cuando salga; y va a salir, se los prometo.
Veni Robertito tomate un fernecito maestro, dijo el flaco con cara de conocer el lado oscuro de la fuerza. EL primer fernet de Robertito. EL tiempo trancurre,la noche avanza.
Tarde ya, y con el colectivo de regreso esperando, Mr.T recuerda a una personita sureña que debía estar todavía con Galindez, y en un rapto de conciencia decidió ir al encuentro de su primo menor, para asegurarse de un buen regreso a casa.
La puerta del colectivo era muy estrecha o bien las motricidad fina de Robertito lo había abandonado, pero aquella puerta parecía esquivar el cuerpo ingresante.
De un empujón T sube a su primo al bus, lo ubica contra una ventanilla, presuponiendo que el movimiento del colectivo facilitaría la evacuación del fernet, y esto daría paso a una mejoría suficiente como para que en casa nadie detectara que Robertito se había pegado un pedo negro con fernet.
Ya en el pueblo, Robertito, el muy turro, no había vomitado y las horas avanzaban raudamente, con lo que T comenzó a proponer a Robertito maneras usuales de inducir el vomito:
- Metete los dedos hijo de p…. o te los meto yo.
- No no deja HIP!!!HIP!!!!…. Yaaaa paraaa.
Robertito no vomitaba, y la estrategia de Mr.T de variarlo por todo el pueblo, no surtía efecto.
Como muchos sabrán lo que más chupa no es el fernet si no el airecito, y con todo este trajinar ya había tomado mucho airecito.
Bueno la decisión más sensata era acostarlo, lo lleva a casa, lentamente ingresan, rezando un padre nuestro para no despertar a nadie y lo acuesta en la cama, T hace lo mismo en la cama de invitados, inmediatamente Mr.T se duerme, entra en un sueño profundo y reparador, su noche había sido larga y comparable con un subí-baja de emociones.
Poco después de dormirse profundamente, el reflejo de la puerta abriendose rápidamente lo despierta, pero disimula.
EL padre de T, paso por la piesa y relojeo rápidamente a ver si todo andaba bien, y cerró la puerta.
Segundos después se vuelve abrir la puerta, y T ya mas despierto pero aun disimulando, ve la silueta de su padre que hace algunos gestos y ademanes, sierra la puerta, y casi desapercibidamente siente un olor penetrante que se difunde dentro de sus pulmones, con lo que piensa:
- Este hijo de p… se vomito en la cama.
Antes de que este pudiese terminar de pensar, la puerta se abre completamente y con un grito el padre de T, dice:
- Levántate ----------, que Robertito se cago todo.
Con una terrible cara de culo, el padre de T saca el colchón de la piesa y con una mirada desafiante, sabiendo que el culpable de esto no era otro más que Mr.T o alguno de sus amigos, conmina a T diciendo:
- A vos te toca bañarlo.
¿Qué hubiese sido si…. Si en vez de fernet lo chupábamos con otra cosa?